La princesa María Carolina de Liechtenstein (fuente) celebró ayer, sábado 30 de agosto, su boda con Leopoldo Maduro Vollmer, tal como se había anunciado con antelación.
La ceremonia tuvo lugar en la Catedral de Vaduz, capital del Principado de Liechtenstein. Este templo de estilo neogótico del siglo XIX se encuentra a orillas del río Rin y alberga la cripta de la realeza liechtensteiniana.
Los esposos son tal para cual.
María Carolina es nieta del príncipe soberano Hans-Adam II. Nació el 17 de octubre de 1996 en Grabs, Suiza. Es la segunda y única hija mujer del príncipe heredero Luis de Liechtenstein y de la princesa Sofía de Baviera. Tiene tres hermanos varones: los príncipes José Venceslao, Jorge y Nicolás. Debido a que en Liechtenstein se aplica la Ley Sálica, la princesa está excluida de la línea de sucesión al trono.
La aristócrata estudió la primaria en la escuela Ebenholz en Vaduz. La secundaria la realizó en la International School Rheintal en Suiza. Posteriormente, estuvo interna en el Malvern College en Inglaterra y, finalmente, estudió en la prestigiosa escuela de moda Parsons, entre París y Nueva York.
La pasión por la moda le viene de su tía Ángela (66), quien también fue alumna en Parsons y ganó el codiciado premio Óscar de la Renta. Tras su titulación, trabajó como estilista e incluso lanzó su propia marca. De momento, la princesa María Carolina no ha llegado tan alto, pero se encuentra vinculada al mundo de la moda en Londres.
No sería de extrañar que termine asociada en algún proyecto con la famosa diseñadora Carolina Herrera, pariente de su esposo por vía materna.
Por su parte, Leopoldo Maduro Vollmer, quien se presenta como “gestor de inversiones”, es venezolano, nacido en Caracas el 28 de octubre de 1990. Es el primogénito de Francisco Maduro y Sofía Vollmer. Esta última es hermana de Alberto Vollmer, CEO y propietario de Ron Santa Teresa.
Tampoco sorprende la vocación de “gestor de inversiones” de Leopoldo, quien pudo haber aprendido de un maestro en el arte de captar, legitimar e invertir capitales de origen ilícito, como Julio Herrera Velutini. Por ahora, la princesa María Carolina le ha asignado funciones dentro del Grupo Bancario LGT, propiedad de su familia.
La única experiencia laboral previa de Leopoldo fue en BNP Paribas, en París y Nueva York, en 2013, donde asegura haber comenzado su carrera en banca de inversión antes de regresar a Londres en 2016, ciudad en la que supuestamente ha desarrollado su carrera en gestión de inversiones.
Leopoldo cursó estudios en el colegio jesuita San Ignacio de Loyola de Caracas, continuó su formación en el internado Harrow School en Inglaterra, posteriormente se graduó en la Universidad de St. Andrews en Escocia y realizó un posgrado en Queens College, Universidad de Cambridge.
Lo que realmente preocupaba a la realeza europea y a los medios especializados era la supuesta relación familiar de Leopoldo con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Basta con revisar distintos motores de búsqueda en internet para comprobar cómo la Casa Real dedicó especial atención a desmentir y aclarar este tema. Sin embargo, podría decirse que existen asuntos peores y más bochornosos en ese mundo.
Leopoldo es hijo de Francisco Maduro, un exhacendado con experiencia en el sector financiero, quien supuestamente trabajó en Barclays y dirigió sus propias empresas. Conoció a su esposa, Sofía Vollmer, porque eran vecinos de la icónica Hacienda Santa Teresa, ubicada en el estado Aragua.
Sofía Vollmer se desempeña como comisaria de arte y programadora para la Fundación Alberto Vollmer y The Society on the Four Arts, en la ciudad de Miami.
Leopoldo se casó con la princesa más rica y deseada de Europa.
Amigos de dictadores
La historia de la familia Vollmer en Venezuela está ligada a la industria del ron, particularmente a la reconocida marca Santa Teresa. Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), los Vollmer influyeron en la promulgación de un decreto que establecía un tiempo mínimo de añejamiento para que un destilado pudiera ser comercializado como «ron». Esta normativa exigía dos años de añejamiento, un estándar que en aquel momento solo Ron Santa Teresa cumplía, lo que les otorgó una ventaja competitiva frente a otras empresas licoreras. Este episodio ilustra la influencia y las históricas estrategias ventajistas de la familia Vollmer en el contexto económico y político venezolano.
El decreto de Pérez Jiménez, impulsado por la familia Vollmer, regulaba la denominación de origen del ron, estableciendo que las bebidas que no cumplieran con el período de añejamiento de dos años debían ser etiquetadas como «triple filtrado». Este término, en el contexto de la producción de ron en Venezuela, se refería a un proceso de purificación que no implicaba necesariamente añejamiento en barrica. Al ser los únicos que cumplían con el nuevo requisito de añejamiento, Ron Santa Teresa se posicionó como el principal productor de ron en el país, limitando la competencia y consolidando su posición en el mercado.
Actualmente, la normativa para la denominación «Ron de Venezuela» se rige por la Denominación de Origen Controlada (D.O.C.), establecida en 2003 por el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI). Esta regulación, que mantiene la exigencia de dos años de añejamiento en barricas de roble blanco americano y 40 grados de alcohol anhidro, tiene sus raíces en la Ley Orgánica de la Renta de Licores de 1954, promulgada durante la dictadura de Pérez Jiménez. La influencia de los Vollmer en la configuración de estas regulaciones, históricamente cuestionada, marcó un hito en la industria ronera venezolana.
La estrategia de la familia Vollmer de impulsar la regulación del añejamiento del ron les permitió obtener una ventaja competitiva significativa en el mercado venezolano. Al ser los únicos con suficiente stock de ron añejado según los nuevos estándares, lograron consolidar su marca y dominar el mercado por un período considerable. Esta anécdota ilustra la capacidad de la familia Vollmer para aprovechar las circunstancias políticas y económicas para su beneficio.
ALBERTO VOLLMER, PATRIOTA COOPERANTE
Meses atrás, Jorge Rodríguez ideó un maquiavélico plan que consistía en presentar la candidatura de Alberto Vollmer como candidato opositor a la Presidencia de la República.
Se mediría previamente en unas elecciones primarias contra María Corina Machado, a quien vencería de manera convincente.
Posteriormente, perdería en unas elecciones “transparentes”, aceptadas por la comunidad internacional, en las que se impondría Nicolás Maduro. Vollmer aceptaría “cívicamente” su derrota, sin denuncias, cuestionamientos o resistencia alguna.
Sin embargo, las cordiales relaciones con Jorge Rodríguez cuando coincidían en actos públicos, las interacciones entre ambos —estrechando manos y compartiendo risas— alertaron a los venezolanos sobre el plan de presentarlo como candidato presidencial opositor. De inmediato, fue acusado de participar en un gran fraude electoral.
El gobierno ya había adelantado la inhabilitación política de María Corina Machado y había comisionado a Stalin González y a Vicente Díaz para convencer a Vollmer y presentarlo como una figura capaz de aglutinar el descontento y canalizarlo a través de su candidatura.
Finalmente, Vollmer no quiso seguir adelante por temor al daño reputacional que podría afectar a sus empresas.
GATOPARDO
Sus excelentes relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro le han generado grandes beneficios, incrementando notablemente su fortuna. Otras familias que han multiplicado hasta cuatro veces su patrimonio durante los gobiernos de Chávez y Maduro son los Capriles López, Escotet, Capriles Capriles, Mendoza y Cigala, a pesar de que fuera de Venezuela finjan ser víctimas del “régimen”.
Alberto Vollmer, sin vergüenza alguna, ha resultado ser el mejor propagandista del gobierno cuando han necesitado que exprese ante los medios de comunicación internacionales su percepción como «empresario chavista». Él ha aceptado con simpatía esa etiqueta, reafirmando su enfoque en explotar un «terreno baldío» entre la polarización para hallar oportunidades únicas de construcción y encuentro.
Esa fidelidad le ha valido, por ejemplo, que el gobierno no haya dudado en otorgar a Ron Santa Teresa importantes créditos y financiamientos, como los 4 millones 390 mil 875 dólares aprobados por el Banco de Comercio Exterior para la adquisición de activos fijos, meses atrás.
Qué “mantequilla”: te prestan y financian para adquirir activos fijos.
¿Creen que su sobrino, Leopoldo Maduro, pueda convencer a su joven esposa María Carolina para que su suegro ofrezca facilidades similares al empresariado de Liechtenstein a través del Banco LGT?
Alberto Vollmer es un prodigioso visionario. Consciente de sus limitaciones intelectuales, pero rico de cuna, supo percibir a tiempo cuál sería el destino del país. Esa visión lo llevó a inscribirse en la Academia Militar de Venezuela, donde tuvo un breve recorrido, pero cultivó amistades que lo han coronado como el más exitoso CEO de su dinastía familiar.
Vollmer, heredero de un distinguido linaje que remonta sus orígenes a Francisca Ribas y Palacios, tía del Libertador Simón Bolívar, y a Gustav Julius Vollmer, inmigrante alemán que arribó a Venezuela en 1826, se ha consolidado como una figura prominente en el ámbito empresarial venezolano.
Su padre le inculcó:
«No trates de ganarle al sistema; si tratas de ganarle, el sistema te va a ganar a ti. Escucha, aprende».
Vollmer, quien confesó no ser un estudiante entusiasta, ha aplicado este mantra en su rol de presidente ejecutivo de Ron Santa Teresa y como presidente del Consejo Nacional de Promoción de Inversiones, transformando al gobierno de Nicolás Maduro en un terreno fértil para el crecimiento de sus negocios y fortuna.
ENCANTADOR DE SERPIENTES
En conversaciones con medios como la BBC, Vollmer se ha definido como un «empresario optimista» y pragmático, quien conscientemente evita las críticas abiertas al panorama político venezolano, prefiriendo enfocarse en la transformación económica antes que en la lucha por el cambio político. «Lo político se lo dejo a los políticos», afirma. Su postura, lejos de confrontar al gobierno, se basa en una crítica constructiva que prefiere expresar de manera directa y privada, tal como reveló en una entrevista con Bloomberg Línea. Vollmer entiende el valor de mantener relaciones prudentes con el poder, una táctica que ha perfeccionado desde la instauración del proceso bolivariano y que ha fortalecido estrechando lazos amistosos con personajes como Tareck El Aissami (caído luego en desgracia), Jorge Rodríguez y el propio Nicolás Maduro.
La influencia de Vollmer en el gobierno ha ido en aumento, especialmente durante el periodo de sanciones económicas impuestas al régimen venezolano. Desde 2017, ha liderado el Consejo Nacional de Promoción de Inversiones (Conapri), manteniendo reuniones privadas con altos funcionarios chavistas como la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Su reelección como presidente de Conapri en febrero de 2022 fue un momento perfecto para transmitir la propaganda oficial de cambio en la percepción internacional sobre Venezuela, aunque este optimismo no fue suficiente ni en el ámbito político ni en el económico a principios de 2024.
La ayuda que actualmente presta al régimen de Maduro es de incalculable valor.
TARECK
Su cercanía a Tareck El Aissami, quien en aquel momento fungía como vicepresidente ejecutivo de Venezuela, era inocultable. Con el paso del tiempo, se ha convertido en el embajador personal de Nicolás Maduro.
Vollmer ha sido un promotor del modelo «pueblo, público, privado», al que atribuye el éxito de Ron Santa Teresa.
La mansión de Alberto Vollmer en San Vicente y las Granadinas es el “lugar secreto” donde el gobierno de Venezuela canjea a prisioneros con el de Estados Unidos.
RON SANTA TERESA
El plan Xiaoping de Maduro: una empresa de ron para salvar Venezuela
La empresa Santa Teresa (aliada de Bacardí) es la primera en 12 años en salir al parqué y defiende su decisión alegando que Venezuela liberalizará su economía, como hizo China.
EL PRINCIPADO NO ES UN CUENTO DE HADAS
El Principado de Liechtenstein tiene un pasado oscuro. En 1699, su alianza con Napoleón, la amenaza de anexión por parte de Hitler y su transformación de un estado campesino a uno de los países más ricos del mundo marcaron su historia.
Se hicieron milmillonarios gracias a la protección de las cuentas bancarias durante la Segunda Guerra Mundial, decretando el secreto bancario. La familia principesca de Liechtenstein posee casi 10 mil millones de euros, lo que motivó a los primeros denunciantes del mundo, Klaus Lins y Heinrich Kieber, a compartir datos confidenciales de los clientes con las autoridades extranjeras y, por lo tanto, generar una caza internacional de evasores de impuestos, entre otras acusaciones.
Otro insistente rumor es que serían los verdaderos dueños del grupo Inditex, a través de un fondo de inversiones.
Su fortuna proviene de fraudes fiscales, evasión de impuestos y blanqueo de capitales.
Un grupo judío acusó al príncipe de Liechtenstein de convertir el Holocausto en una «burla».
ALIADO DE LOS NAZIS
El príncipe de Liechtenstein irrita a los judíos alemanes al referirse a la Alemania actual como el «Cuarto Reich»
El príncipe Hans Adam II de Liechtenstein ha irritado a la comunidad judía alemana al referirse a la Alemania actual como el «Cuarto Reich» para justificar su negativa a prestar obras de arte del pequeño principado a instituciones culturales en este país.
«Cuando se califica a la República Federal de Alemania de ‘Cuarto Reich’ y con ello se la equipara con el ‘Tercer Reich’, no se hace sino minimizar de una manera insoportable los crímenes nacionalsocialistas», dijo una portavoz del Museo Judío de Berlín a la prensa.
En 2009, Hans Adam II causó indignación entre los judíos alemanes al invocar el Holocausto para defender las leyes de secreto bancario de su país. El príncipe criticó a su país vecino por supuestamente presionar a Liechtenstein para que reprima las prácticas bancarias confidenciales que, según afirmaba, permiten a los alemanes ricos evadir impuestos. «Nosotros y Suiza hemos salvado a mucha gente, sobre todo judíos, gracias al secreto bancario», declaró entonces el royal.
Hacienda investiga a españoles por el fraude fiscal destapado en Liechtenstein
La evasión fiscal salpica a países como Alemania, EE. UU., Australia, Francia, Italia y Suecia.
El banco de Liechtenstein LGT confirma que la información sustraída contiene datos de 1.400 clientes
El banco de Liechtenstein LGT Group, propiedad de la familia real del pequeño principado alpino, confirmó en 2002 que la información sustraída comprometía datos de 1.400 clientes.
Otros reportes relacionados con el caso:
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El lado oscuro de la Agencia Tributaria y el caso Liechtenstein – El Confidencial (2016)
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Asesor fiscal Andrés Guillamot condenado en el caso Liechtenstein – El Confidencial (2016)
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